Los niños en el cole aprenden muchas cosas. Los padres y las madres también.

En la escuela primaria en Alemania los niños aprenden matemáticas, alemán o conocimiento del medio. También van a clases de ética o religión, manualidades, música y deporte. Más adelante van a inglés, les enseñan a nadar y hasta se sacan el carnet de conducir bicicletas.

Las madres y los padres, por la cuenta que les trae, aprenden a hornear.
Sí, a hornear. Y como no se les dé bien.... chungo. Suspendidos.

¿Que por qué?
A más tardar en Adviento ya te están pidiendo colaboraciones en forma de dulces.
Se entiende, aunque nadie te lo explica (¡malditos!), que tendrás que llevar galletas y/o ponche para un buffet que se vuelve de lo más competitivo: Mi amiga la inglesa, preguntó en el grupo de whatsapp de la clase qué marca de galletas iban a llevar las otras para no repetir. Decía que ella quería llevar Oreos... A la pobre las Übermamamas le retiraron el saludo. Nosotras entre copa y copa de vino, nos estuvimos riendo de la catástrofe durante meses.
Como yo soy muy simpática y no quiero que nadie se dé de bruces como me di yo también, que llevé unas galletas de lo más simplonas, os pongo aquí un par de recetas de galletas fáciles y Kinderpunsch. ¡Ojo! Mal si no los haces con productos bio, ¿eh?

Luego viene Ostern... y el niño vuelve a traer a casa una circular pidiendo colaboraciones para el buffet de pascua de la clase. Aquí te dirán que nada..., que cualquier colaboración dulce o salada bastará. Pero ¡mentira! esperan estupendas aportaciones en forma de conejos espolvoreados con azúcar glas (¿qué tengo, que comprarme ahora un molde en forma de conejo?????) o de vistosos huevos decorados con dibujos realizados con pinceles japoneses.
Yo una vez intenté hacer ésta tarta de coco, piña y zanahoria... ¡Qué locura!, me salió cruda por dentro y me comí, mientras la iba haciendo, la mitad de la cobertura... ¡Todavía recuerdo lo que me costó perder los dos kilos que engordé!
Al final terminé llevando el famoso bizcocho español de yogur... Mi hijo fue el único que lo probó... Ah, él y un tal Frederick, que estaba como un centollo y que se comía todo lo que le echaran.

Luego vino el Flohmarkt... Recibimos un email de la representante de padres de la clase pidiendo colaboraciones para aportar tartas o dulces para vender en el mercadillo. Yo, que cuando mi hijo estaba en primero todavía creía que hacer méritos importaba algo, me apunté enseguida. Todavía no aprendía...
Se me olvidó completamente, la verdad, y la noche anterior me acordé, así que, venga ¡otra vez el bizcocho de yogur! Esta vez le puse una cobertura de chocolate... Nada... ahí estaba mi bizcocho todo triste en la mesa, al lado de maravillosas tartas con capas de mermelada y frutas, coberturas de crema realizadas con manga pastelera...


Nosotros fuimos los que compramos los únicos cuatro trozos que se vendieron de mi bizcocho.
Mira, os parecerá triste pero yo prefiero ver el lado positivo: Creo que el cartelito que manda a quitarse los zapatos antes de entrar en el gimnasio, lo patrocinamos nosotros con nuestra aportación.

¿Qué más? Ah, sí, los cumpleaños de los niños, ¡claro! En la reunión de padres estuvimos 43 minutos de reloj discutiendo qué se permitía llevar y qué no para las celebraciones.
Unos padres decían que llevar dulces era malo porque habiendo 28 niños en la clase habría 28 ocasiones de comer dulces al año (yo pensaba: "ejem... 28 + la fiesta de adviento + la de pascua + la del Flohmarkt...."). Otros decían que llevar bizcochos era complicado para la profe porque tenía que cortarlos en 28 porciones iguales, otros que por favor no a los paquetitos de gominolas que venían envueltos en plástico, los más implicados en la nutrición infantil sugerían traer plátanos o pepinos para repartir....
¡Qué casualidad! ¡Esta reunión tuvo lugar justo dos días antes del cumpleaños de mi hijo! Yo estaba hecha un mar de dudas: por un lado ya tenía en mi casa compradas dos cajas de preparado para magdalenas de Dr. Oetcker que no me apetecía tirar. Por otro lado no quería que mi hijo fuese recordado hasta el instituto por ser el que llevó 28 plátanos para repartir entres sus compañeros el día de su cumple...
Decididmos votar.

Me entró un sudor frío. No me atrevía a decir nada, pero recordé todo lo que aprendí en mi curso de asertividad (os lo recomiendo: muy útil para la integración) y me armé de valor, carraspeé, me levanté y me expresé: "Hola, yo soy la madre de Max. Entiendo todos los argumentos que estamos exponiendo aquí. Pero llevamos ya más de media hora con este tema y también yo creo que lo mejor será votar. Sin embargo mi situación es la siguiente: El cumple de Max es pasado mañana, yo ya tengo todo preparado para que traiga 28 magdalenas. Tranquilos, no llevan chocolate y la harina es bio y el azúcar moreno de caña. Solo quiero informaros de que, independientemente del resultado de la votación de hoy, él seguirá trayendo sus magdalenas pasado mañana. El año que viene ya lo haremos diferente".
Para mi total sorpresa la clase estalló en un sonoro aplauso que ensordeció mis oídos.
Luego votamos. 25 manos se alzaron a favor de las magdalenas, una a favor de no traer nada, una favor de pepinos o plátanos y una más se abstuvo, era uno que estaba jugando al candy crush con el móvil.

Aquel curso solo tuve una oportunidad más de demostrar mis cualidades culinarias: En la fiesta de verano. Se pedía llevar cosas saladas o dulces. Hacía un día calurosísimo. Traer algo con chocolate o nata se me hacía de lo más pesado y, en realidad yo ya me había crecido desde lo de las magdalenas del cumpleaños. Me apetecía demostrar que en España también sabemos cocinar, solo que el dulce no es nuestro fuerte.
Así que ahí fui yo, con mi tortillón de patatas, mis aceitunas, y mi fuente de gazpacho.
En cuestión de minutos todo voló. Por fin.

Comentarios

  1. xDDD Me parto... La verdad es que de momento no he participado en estas cosas en el cole, pero sí con una asociación en la que estamos un grupo de españolas. La verdad es que si que son competitivas las alemanas con la repostería xD De hecho, nos dijeron que llevásemos sólo salado nosotras para no hacerles competencia... En fin. Y al final, para que lo que más triunfe sea la tortilla, porque hicimos otras cosas y como que nada, nos pasó como a tí, nos lo auto-comprábamos :P. Así que ahora, pues sí, optamos por la tortilla que siempre vuela XD

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    1. Taisa, ¡directamente os ceden un día aparte para que llevéis vuestros platos! Jajajaja..
      La tortilla nunca falla, es verdad.

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  2. Buenísimo el artículo, me he reído muchísimo, jajaj

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  3. Pues si, yo como lo de los dulces no lo domino y hay decenas de alemanas que lo hacen fenomenal, siempre llevo tortilla, empanada de atún o algo salado y vuela!

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    1. Gracias por tu comentario :-) ¡Si es que lo nuestro es lo salado...!

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  4. Me parto de risa...yo tengo ahora un peque y estoy temiendo ese momento. No soy para nada repostera y, encima soy celíaca...así que nada de prácticas o probar. Ya lo paso mal cuando es mi cumpleaños y tengo que llevar algo a la oficina...siempre he ido a una pastelería a comprar...pero ya no queda otra que ponerse manos a l masa...ayyy. Y por supuesto, con cosas bio...No vayamos a meter la
    pata

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  5. Qué artículo más genial! Nos hemos reido mucho y admiramos la forma en que escribes, dan ganas de seguir leyéndote siempre! Gracias, nos acordamos de muchos eventos en los que dimos pena, con kuchencitos y ensaladitas que sucumbieron ante la arrolladora competencia.

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    1. Gracias "Aldo", por tus comentarios, me alegra que os hayáis reído con el post. Pronto más :-)

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  6. ¿Verdad que sí, Marta? ¡La tortilla nos salva siempre! Me alegra que te hayas reído con mis movidas.... ya me reiré yo cuando te toque a ti ;-)

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  7. Fantástico artículo. Me apunto los trucos, que aunque mi enano no vaya siquiera aún a la krippe nunca está de más ir recopilando información. :)

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    1. Ya sabes. olvídate de intentarlo con los dulces. Ve directa a la tortilla :-)

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